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Cómo los esquemas mentales nos hacen saltar a las soluciones

Los esquemas mentales nos ayudan a procesar la información, pero a menudo nos llevan a buscar soluciones a ciegas sin comprender el problema. Aquí, el autor explica cómo el pensamiento lean mitiga ese riesgo.

Los psicólogos nos dicen que nuestros cerebros usan atajos y modelos, llamados esquemas, para facilitar la organización de nuestro conocimiento sobre el mundo y la comprensión de nueva información. Los esquemas son modelos mentales almacenados en la memoria, que contienen conocimientos básicos sobre los conceptos que conocemos. Se utilizan para guiar la percepción, la interpretación, la resolución de problemas, la imaginación y las interacciones cotidianas. Nos permiten simplificar y distribuir eficientemente nuestra limitada capacidad mental. Nuestros esquemas se desarrollan a través de experiencias y, una vez formados, ejercen fuertes efectos en la forma en que se procesa e interpreta la información.

Si bien los esquemas pueden ser beneficiosos para mejorar nuestra eficiencia cognitiva, sin embargo, también pueden conducir a errores de juicio. A veces, los esquemas existentes pueden dificultar nuestra capacidad de aprender nueva información. Una de las razones de esto es que los esquemas nos llevan a prestar atención a la información que encaja en su modelo actual. Es por eso que, en muchos casos, es más probable que notemos y recordemos información que respalde nuestras creencias sobre el mundo que información que las desafíe. Esta es una de las tendencias que crean el fenómeno del sesgo de confirmación. Una vez que los tenemos, los esquemas influyen en cómo buscamos e interpretamos nueva información. Por lo tanto, comprender cómo funcionan los esquemas puede ayudarnos a explicar cómo se mantienen los sesgos.

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